El libro de Bill | Alex Hirsch

¿Qué pasa cuando el narrador es un triángulo que se alimenta del caos? ¿Y cuando ese ojo te observa desde la página, esperando tu próxima decisión? En el bosque, los portales y los diarios cifrados de Gravity Falls, Bill Cipher habita su normalidad romper reglas, recolectar secretos y convertir a cualquiera en pieza de su juego. Ansía fisurar la realidad detesta el orden. Desde esa voz burlona, convoca a un lector que no busca un mapa, sino un laberinto. El quiebre llega en forma de objeto maldito su propio libro. Bill decide contar su versión, recopilar páginas perdidas del Diario 3, y mezclar confesiones con chistes y trampas. Entre guiños y tachaduras, su relato abarca orígenes cósmicos, el rastro que afirma haber dejado en la historia humana y datos incómodos sobre los Pines y sus aliados. Aquí, el humor negro se cruza con el terror y la cuarta pared no existe. El narrador interpela, reta y tienta acertijos, claves escondidas, desafíos que invitan a descifrar… o a dudar de cada palabra. Ofrece una guía para conquistar el mundo, consejos para engañar a la muerte y su propia explicación del sentido de la vida. Declara haber destruido su universo natal, vincula extinciones y avances humanos con su sombra, y propone pactos que parecen juego pero exigen una firma. Según la ficción interna, el volumen altera mente y realidad presume detalles como un lomo vertebral, papel cefálico y una alma que grita si el libro arde. Entre bromas sobre popotes con formas y revelaciones que rozan lo prohibido, el lector se vuelve cómplice o blanco lo que está en juego es la cordura, la verdad de Gravity Falls y la línea que separa lo real de lo narrado. ¿Leerás a Bill… o él te leerá a ti primero?