El libro negro de la francmasonería

Esta obra tiene formas de expresión simbológica que sólo son familiares a los iniciados en las disciplinas masónicas; pero eso, lejos de ser una limitación, constituye un incentivo más para los profanos que desean adentrarse en el significado de las doctrinas, del simbolismo y de las prácticas. El autor dice que el hecho de que esto se revele es que acabamos de entrar en una Nueva Era en la que gran parte de lo que fue oculta va a ser manifestado y que la decisión de la Masonería Universal responde no solamente a una necesidad imperiosa sino también y sobre todo a razones de orden universal. La presente obra tiene por objeto abrir los ojos a los H: M:, sobre muchos puntos obscuros y a menudo confusos de la Orden. En el primer capítulo, habla de los orígenes de la masonería y señala que esta se pierde en el tiempo, y, si se señala a 1641 como la primera fecha de la que parte la historia de la masonería, es que desde entonces se ha podido encontrar escudriñando en archivos históricos, masónicos, eclesiásticos u otros, documentos de la actividad masónica, pero hubo un espíritu masónico anterior a esta fecha; por consiguiente, una Masonería prehistórica. Todos los conocimientos caldeos, egipcios, hindúes, chinos, etc., eran restos de las ciencias occidentales que murieron a su vez con la extinción de sus importadores. En el segundo capítulo, trata sobre los 120 ritos masones. En el tercer capítulo revisa los símbolos y señala que todos, cualesquiera que sean, tienen siempre interpretaciones diferentes. Explica como el triángulo del Norte (símbolo de las Pirámides para los primeros MA-SA), fue confundido con una escuadra por estas nuevas iniciaciones. El Tau del Sur (la T) fue confundida con una regla metálica entre otras muchas cosas.