Negocios son negocios

A menudo los efectos devastadores del nazismo hacen olvidar, o relegan a un segundo y lejano plano, un momento clave de la historia el del ascenso de Hitler al poder. La historiografía, con razón, ha analizado la larga cadena de infortunios políticos, económicos y sociales de los alemanes tras la Primera Guerra Mundial, y ha visto en ello una causa eficiente para explicar el triunfo nazi. Sobre ese terreno Hitler edifica su ascenso al poder, y a medida que avanza cosecha nuevos y fundamentales apoyos el de los empresarios (de su país y del exterior) que lo ven como el líder capaz de detener el peligro rojo, devolver la grandeza a Alemania y garantizar un crecimiento económico que obviamente redituaría a las empresas. Puede decirse sin sombra de duda que sin ellos no hubiera logrado sus propósitos. Negocios son negocios es una investigación apasionante sobre esa trama de intereses. Sus actores son Henry Ford y General Motors, los grandes consorcios industriales alemanes y los petroleros de todas las latitudes, los germanófilos argentinos y europeos que se plegaron a esa cruzada, la sostuvieron económicamente y se beneficiaron de ella mientras duró la guerra. Ellos abastecieron al ejército alemán, convirtieron a los prisioneros de los campos de concentración en esclavos de sus fábricas, trabajaron a favor de una máquina de muerte.