Doña Huevotes | Anamar Orihuela

¿Quién sostiene a la mujer que sostiene a todos? ¿Qué precio se paga por no mostrar jamás una grieta? En el día a día, Doña Huevotes mantiene el orden de la casa, toma las cargas más pesadas del trabajo y apaga incendios familiares con eficacia. Quiere que nada se desmorone teme que su fragilidad sea visible. Calla dolores, pospone el descanso y camina con una armadura que la hizo fuerte y, a la vez, distante de sí. El aviso llega como fisura un cansancio que no cede, una relación que exige más, un límite cruzado. Desde ahí surgen preguntas de dónde viene esta urgencia por resolver, qué huecos de la infancia se intentan llenar, qué rencores y anhelos quedaron en pausa. El desafío central es desmontar el guion del control y el hiperrendimiento sin abandonar la capacidad de sostener. Enfrenta mandatos familiares, culpas, rasgos narcisistas funcionales y patrones afectivos que la vinculan con parejas heridas o indisponibles. Está en juego su energía, su deseo, la calidad del vínculo con hijos, padres y pareja, y la posibilidad de nombrar necesidades y poner límites sin miedo a perder amor. Con un tono directo y tierno, Anamar Orihuela comparte experiencias personales y recursos terapéuticos para reconocer heridas, comprender la lógica del personaje y abrir rutas de reparación cotidiana. ¿Y si la verdadera fortaleza incluyera pedir, sentir y soltar? ¿Para quién es este libro? - Para mujeres que se sienten incomprendidas, abandonadas o lastimadas y que suelen cargarse de responsabilidades. - Para quienes sostienen a su entorno en silencio y sospechan que su historia familiar definió su forma de amar y de trabajar. - Para acompañantes, terapeutas o personas cercanas que desean entender estas dinámicas. ¿Qué aborda este libro? - Quién es Doña Huevotes, por qué actúa así y qué deseos y rencores guarda. - Las carencias de la infancia y su eco en el presente. - La relación con pareja, hijos, padres y el entorno afectivo, incluidos vínculos con Hombres Pájaro Herido y amantes problemáticos. - Por qué aparecen rasgos controladores y cómo aflojar el mandato de hacerse cargo de todo. - Orientación para nombrar emociones, cuidar límites y traducir la sensibilidad en decisiones concretas.