Si estuvieras aquí

Diana O'Toole está perfectamente encaminada. Se casará a los treinta, tendrá hijos a los treinta y cinco y se mudará a los suburbios de la ciudad de Nueva York, todo mientras sube la escalera profesional en el feroz mundo de las subastas de arte. Ahora es especialista asociada en Sotheby's, pero su jefe ha insinuado una promoción si puede cerrar un trato con un cliente de alto perfil. Todavía no está comprometida, pero sabe que su novio, Finn, un residente de cirugía, está a punto de proponerle matrimonio en su escapada romántica a las Galápagos, días antes de su trigésimo cumpleaños. Justo a tiempo. Pero luego un virus que se sentía a mundos de distancia ha aparecido en la ciudad, y en la víspera de su partida, Finn da la noticia todo está en la cubierta del hospital. Tiene que quedarse atrás. Aun así deberías irte, le asegura, ya que sería una pena que todo su viaje no reembolsable se desperdiciara. Y así, a regañadientes, se va. Casi de inmediato, las vacaciones soñadas de Diana salen mal. Su equipaje se pierde, el Wi-Fi es casi inexistente y el hotel que habían reservado está cerrado debido a la pandemia. De hecho, toda la isla está ahora en cuarentena, y ella está varada hasta que se reabran las fronteras. Completamente aislada, debe aventurarse más allá de su zona de confort. Poco a poco, establece una conexión con una familia local cuando una adolescente con un secreto se abre a Diana, a pesar de la sospecha de su padre de los forasteros. En las Islas Galápagos, donde se formó la teoría de la selección natural de Darwin, Diana se encuentra examinando sus relaciones, sus elecciones y a sí misma, y preguntándose si cuando regrese a casa, ella también se habrá convertido en alguien completamente diferente.