El jardín de las mariposas | Dot Hutchison

A las afueras de una mansión, las flores crecen bajo un silencio vigilado. En ese jardín, la belleza no es un halago es una jaula. El lugar pertenece al apodado Jardinero, un hombre que colecciona 'mariposas' chicas jóvenes arrancadas de su vida, rebautizadas y marcadas con alas tatuadas en la espalda. Maya, hoy sentada frente a dos agentes del FBI, intenta ordenar la memoria quién fue entre vitrinas y senderos, cómo se respiraba entre normas estrictas y amenazas veladas, qué significaba seguir siendo alguien cuando te convierten en algo. La ruptura llega con el secuestro y la entrada a ese espacio sin salida. Desde entonces, cada gesto es vigilancia, cada palabra una medida de supervivencia, cada día un aprendizaje de códigos y silencios que pueden costar caro. Mientras el interrogatorio avanza, Maya reconstruye el sistema de control que sostuvo al Jardinero el rebautizo de las jóvenes, las alianzas que nacen bajo presión, las reglas que protegen o delatan, y la presencia de un hijo menor que observa y decide cuánto mirar hacia otro lado. El objetivo inmediato es doble decir lo suficiente para que la verdad sirva y, al mismo tiempo, resguardar a quienes aún no tienen voz. En juego están vidas, identidades y la posibilidad de detener una obsesión que confunde lo bello con lo irrecuperable. La narración alterna las horas del presente con recuerdos fragmentados del cautiverio, abriendo grietas por donde se filtra lo vivido y lo que todavía no puede nombrarse. ¿Hasta dónde puede llegar un testimonio cuando cada detalle pesa, y qué se arriesga al decirlo todo?