Diamante

p.p1 {margin: 0.0px 0.0px 0.0px 0.0px; font: 10.0px Times}  Hace unos años Sebastián Pandolfelli publicó Choripán Social, una novela delirante sobre el sentir peronista o sobre el ser peronista, que debe ser más o menos lo mismo: un sentimiento que no se puede parar. Choripán Social traía irreverencia y humor corrosivo, traía exageración y vitalidad a lo que entonces se llamaba Nueva Narrativa Argentina (aunque lo que menos tuviera la NNA fuera novedad). Después de Choripán, algo tan personal, con una marca tan propia, Sebastián escribió los relatos de Diamante. Laiseca decía siempre: lo que no es exagerado, no vive. Sin embargo, en estos relatos, uno de los discípulos más fieles al universo laisequeano y al maestro total que fue Lai para muchos de nosotros, viene a contradecirlo un poco. Diamante es una serie de relatos que toma el universo de Choripán y lo desmonta, le lava la cara, lo poda… Allá donde todo era demasiado y parecía no alcanzar nunca, acá es siempre menos y eso es suficiente. Allá donde desbordaba como un arroyo suburbano lleno de los residuos de la urbe, acá corre apenas como un hilo de agua, una canilla rota. Allá donde la risa se instalaba fácilmente, acá es de vez en cuando una mueca. Porque el barrio está lleno de muertos, balas perdidas, desamor, preñez indeseada. Una soledad poética y amarga que no exagera, no escarba en la miseria y, sin embargo, vive. Selva Almada