Vida de Martín Pijo

«Mi padre dijo: "Martinito, ya es hora de que salgas al mundo», y me vistió de sport, revisó la lazada que me había hecho en los cordones de los náuticos (y que había de ser simétrica) y me enseñó luego la forma de caminar, moverme, girar y saludar con un jersey encima de los hombros, de tal manera que ni en el más apurado trance se me cayese. «Recuerda esto, hijo mío: tú, aunque llueva o aunque truene, y mejor si hace mucho frío, siempre con el jersey sobre los hombros". Y allá que fuimos ambos, cada uno con su respectivo jersey a modo de capa, al Club de Polo.» Una joya de la novela de humor, por Miguel Baquero.