.

Introduce un Código Postal

Introduce un Código Postal

Semana Santa en la provincia de Sevilla
Semana Santa en la provincia de Sevilla

1 / 1

Semana Santa en la provincia de Sevilla

Vendido por Sanborns

SKU 8986689

Marca FACEDICIONES

EAN 9788415158226

¡Producto Agotado!

Agregar a Lista de deseos
Compartir
Numerosas consecuencias pueden extraerse para el estudio del arte, la psicosociología, la religiosidad y la historia a través de un trabajo que pretenda abarcar un espacio tan extenso y poco transitado como el de las cofradías penitenciales de la provincia de Sevilla. Su importancia podrá apreciarse en que de un millón de habitantes que registraba su población de derecho en mayo de 1996, el 20% correspondía a hermanos de cuota que intervenían directamente en la Semana Santa de esta circunscripción, desde Guadalcanal, con un 75%, hasta Tomares, con un 2%, según deducciones oficiales del Arzobispado de Sevilla. Las hermandades provincianas tienen como espejo a las capitalinas, sin embargo de poseer características propias, con una riqueza en todos los órdenes que las supera a veces. En el conservador mundo de las cofradías, la provincia de Sevilla guarda más tradiciones y tesoros pues aún no ha entrado de lleno en la vorágine de los estrenos. Saetas en su pureza primitiva, arte y artesanía de primera fila, enseres que antes pertenecieron a hermandades de la capital y otros auténticas reliquias de siglos pasados, conforman lo que pudiera llamarse «otra» Semana Santa, que comienza tímidamente a sufrir el acoso exógeno de la estandarización. Baste una relación de ceremonias ancestrales que aún se ejecutan en la provincia, desconocidas en la capital y merecedoras de estudios detallados, como ejemplo de este arsenal de especies supervivientes: Alanís (El Encuentro), Albaida del Aljarafe (Las Venias de María), Alcalá de Guadaira (Las Carreritas, La Judea), Alcalá del Río (El Paseo), Badolatosa (El Prendimiento, El Encuentro, La Exaltación), Las Cabezas de San Juan (Las Tres Caídas), La Campana (El Encuentro), Cantillana (Encuentro con la Madre, Sermón de Jesús, El Ángel), Castilleja de la Cuesta (Las Vueltas), Cazalla de la Sierra (El Encuentro), Constantina (El Encuentro), Coria del Río (Los Abrazos), Espartinas (El Encuentro), Guadalcanal (El Encuentro), Herrera (Cruce de Lanzas, El Encuentro), Lebrija (El Cruce), Mairena del Alcor (Sermón del Descendimiento), Marchena (Prendimiento, Mandato, Tres Caídas, El Encuentro, Pregón del Angel), Martín de la Jara (El Encuentro), Pruna (Las Caídas, El Descendimiento) o La Roda de Andalucía (La Carrera, Los Encuentros)... sin añadir Judas, huevos pintados y otras fiestas tangenciales con la religiosidad. Hay un casi absoluto desconocimiento de algo que palpita a las propias puertas de la capital. Si se desea revivir lo que fue la Semana Santa de Sevilla, con la ingenuidad y frescura que revelan los grabados de estampas, los daguerrotipos y la literatura de costumbres, hay que recorrer sus pueblos, o seguir itinerarios por días de salida de procesiones, artísticos o devocionales, tomando la Semana Santa como espectáculo sensorial en sus innumerables facetas. Es, de alguna forma, un modo de reconocer que existe. Está ilustrado con 253 fotografías. Publicado en 2008, fue reeditado en 2010.
  • año2012
  • formato
  • formato digital
  • género literario
  • idiomaspa
  • isbn9788415158226
  • no de páginas222
  • sinopsisNumerosas consecuencias pueden extraerse para el estudio del arte, la psicosociología, la religiosidad y la historia a través de un trabajo que pretenda abarcar un espacio tan extenso y poco transitado como el de las cofradías penitenciales de la provincia de Sevilla. Su importancia podrá apreciarse en que de un millón de habitantes que registraba su población de derecho en mayo de 1996, el 20% correspondía a hermanos de cuota que intervenían directamente en la Semana Santa de esta circunscripción, desde Guadalcanal, con un 75%, hasta Tomares, con un 2%, según deducciones oficiales del Arzobispado de Sevilla. Las hermandades provincianas tienen como espejo a las capitalinas, sin embargo de poseer características propias, con una riqueza en todos los órdenes que las supera a veces. En el conservador mundo de las cofradías, la provincia de Sevilla guarda más tradiciones y tesoros pues aún no ha entrado de lleno en la vorágine de los estrenos. Saetas en su pureza primitiva, arte y artesanía de primera fila, enseres que antes pertenecieron a hermandades de la capital y otros auténticas reliquias de siglos pasados, conforman lo que pudiera llamarse «otra» Semana Santa, que comienza tímidamente a sufrir el acoso exógeno de la estandarización. Baste una relación de ceremonias ancestrales que aún se ejecutan en la provincia, desconocidas en la capital y merecedoras de estudios detallados, como ejemplo de este arsenal de especies supervivientes: Alanís (El Encuentro), Albaida del Aljarafe (Las Venias de María), Alcalá de Guadaira (Las Carreritas, La Judea), Alcalá del Río (El Paseo), Badolatosa (El Prendimiento, El Encuentro, La Exaltación), Las Cabezas de San Juan (Las Tres Caídas), La Campana (El Encuentro), Cantillana (Encuentro con la Madre, Sermón de Jesús, El Ángel), Castilleja de la Cuesta (Las Vueltas), Cazalla de la Sierra (El Encuentro), Constantina (El Encuentro), Coria del Río (Los Abrazos), Espartinas (El Encuentro), Guadalcanal (El Encuentro), Herrera (Cruce de Lanzas, El Encuentro), Lebrija (El Cruce), Mairena del Alcor (Sermón del Descendimiento), Marchena (Prendimiento, Mandato, Tres Caídas, El Encuentro, Pregón del Angel), Martín de la Jara (El Encuentro), Pruna (Las Caídas, El Descendimiento) o La Roda de Andalucía (La Carrera, Los Encuentros)... sin añadir Judas, huevos pintados y otras fiestas tangenciales con la religiosidad. Hay un casi absoluto desconocimiento de algo que palpita a las propias puertas de la capital. Si se desea revivir lo que fue la Semana Santa de Sevilla, con la ingenuidad y frescura que revelan los grabados de estampas, los daguerrotipos y la literatura de costumbres, hay que recorrer sus pueblos, o seguir itinerarios por días de salida de procesiones, artísticos o devocionales, tomando la Semana Santa como espectáculo sensorial en sus innumerables facetas. Es, de alguna forma, un modo de reconocer que existe. Está ilustrado con 253 fotografías. Publicado en 2008, fue reeditado en 2010.
  • tipo contenido
  • tipo libroElectrónico

Formas de Pago

  • LogoTarjeta Sanborns
  • LogoTarjetas de Crédito y Débito
  • LogoPaypal
  • LogoPago en tienda

Conoce todas las formas de pago