La Revancha de los Cursis

Estos textos son un amasijo de preguntas, no de respuestas. Además, son una suerte de confesión: mi cursilería y yo andamos por el mundo sin pasaporte. No tengo por qué avergonzarme de eso, ya que no tengo por qué avergonzarme de lo que soy. Los escritos que aquí reúno son reflexiones sobre ser normal y no morir en el intento, en este mundo que hace culto a las extravagancias y que le da rienda suelta a la pedantería y al cinismo. Creo –en serio creo– que al mundo no le vendría nada mal una especie de revancha de los cursis. En algún momento de la modernidad alguien empezó a sembrarnos en la cabeza la idea de que lo cursi es malo, barato hasta incluso inconveniente en términos sociales. Cursi es, para la mayoría, algo emocionalmente ridículo y ridículamente emocional (las dos cosas).