Disfruta de la calidez de los Frijoles Charros, un suculento guiso que combina el ahumado del tocino y la frescura del cilantro. Un deleite mexicano único. Ven a Sanborns y saborea esta joya culinaria en cada bocado.
Los frijoles charros son un platillo emblemático de la gastronomía mexicana con raíces históricas profundas. Su origen se remonta al México colonial, específicamente en las zonas rurales del norte del país, donde los charros (vaqueros) improvisaban comidas sustanciosas con ingredientes disponibles durante sus jornadas ganaderas.
Surgieron como solución práctica para alimentar a trabajadores rurales y vaqueros en regiones áridas, donde predominaban ingredientes básicos como frijoles, chiles secos, embutidos (tocino, chorizo) y hierbas aromáticas. Se preparaban tradicionalmente en ollas de barro, técnica que aún se usa para realzar sabores. El nombre proviene directamente de los charros, quienes popularizaron el platillo durante ferias y reuniones comunitarias en el siglo XIX.
Base nutricional: Combinan proteínas de frijol con grasas de carnes curadas, ideal para reponer energías tras largas jornadas. Ingredientes clásicos: Frijoles (pinto, bayo o flor de mayo), carnes: tocino, chorizo, salchicha o costilla, aromáticos: cebolla, ajo, cilantro, chile serrano o jalapeño para picor.
De platillo humilde a ícono nacional: Su popularidad creció en el siglo XX, llegando a restaurantes de todo México. Diferenciación clave: No deben confundirse con los frijoles puercos (típicos de Sinaloa), que son refritos con manteca de cerdo y más concentrados en carnes porcinas.
Este guiso representa la ingeniería culinaria popular mexicana, donde la necesidad se transformó en un legado gastronómico que perdura como símbolo de identidad norteña y nacional.
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